Tengo que llevarme el móvil a todas partes. Durante esta semana, mi móvil es mi novia. Tengo que dormir con el móvil, comer con el móvil, mear con el móvil. Cada vez que dejo el móvil en mi habitación y voy al baño, o a prepararme un té, me encuentro a la vuelta una o varias llamadas perdidas acompañadas de mensajes de buzón de voz, para gestionar más entrevistas.
Yo no estoy acostumbrado a esto. Desde que estamos con Gritos, Alby y yo nos hemos curtido bastante en el mundo de las entrevistas, pero nunca habían venido tan seguidas. Matar orcos en un cuchitril de Moria era incluso divertido, pero esto es el maldito abismo de Helm. No doy abasto.
Hasta me da cosa coger el teléfono, porque normalmente cuando cuelgo hay otro par de mensajes.
Creo que hasta empezaría a creerme que soy alguien medio “importante”, si no fuese porque me veo todos los días en el espejo, y porque duermo en una habitación que es más alta que ancha, como la celda de Hartigan en Sin City, y porque tengo desde ayer un catarro muy molesto, y digo yo que la gente importante no puede pillar catarros. Eso está para nosotros. La chusma, la calaña, los nutties de tres al cuarto.
Anoche llegué de Cannes a las tres de la madrugada. Necesitaba dormir un poco, pero no pude resistir la tentación de echar primero un ojo a los resultados del concurso cacahuetil de Melonian.
¡Dios mío! ¡Qué nivel! No sé cómo me las arreglaré para decidir a quién votar. ¡Qué grandes sois todos! Los trece, como el día martes y trece en que comenzó el rodaje de Gritos en el Pasillo.
Bueno, supongo que ya estoy tardando en relatar nuestra experiencia en Cannes.
Si quieren una crónica sobre los lujos de Cannes, sobre el alto standing, sobre la créme de la créme, tendréis que pedírsela a Brad Pitt, o a George Clooney, que también andaban por allí.
Yo sólo puedo hablar del Cannes desgastador, agotador, desolador... de los que no podemos pisar la alfombra roja, y nos tenemos que conformar con verla tras una valla, asomándonos entre el bosque de corbatas de los gorilas disfrazados de guardaespaldas, o guardaespaldas disfrazados de gorilas.
Voy a intentar decirles en qué consiste Cannes:
Uno se monta en un avión pequeñito y muy agradable (definición de agradable = te dan de comer en el avión, cosa rara en estos tiempos que corren). Luego uno aterriza en el aeropuerto de Niza, que es el aeropuerto más desorganizado y caótico que he encontrado en los países que se autodenominan desarrollados.
Parece ser que en el aeropuerto de Niza hay que ir con ojos en la espalda, pues está plagado de carteristas dispuestos a desplumar a todo turista cinéfilo.
Y allí estábamos Fran Calvelo y yo, cargados de maletas, ordenadores portátiles y un cacahuete gigante de poliespan envuelto en papel de burbujas, de ésas que uno se entretiene en hacer explotar en plan plik, plik, plik, plik para calmar los nervios.
Un taxi negro, de elegancia casi fúnebre, te lleva hasta un hotel de un pueblecito perdido, porque no hay manera de encontrar alojamiento en Cannes por esas fechas.
El taxi nos deja en un hotel semi-agradable (definición de semi-agradable = nos dan de desayunar en estos tiempos que corren). El hotel es limpio, y tiene una piscina muy bonita que no podremos usar, porque hemos venido a trabajar. No hay tiempo para piscinas. No me da rabia, porque no meti el bañador en la maleta.
Subimos a la habitación, y descubrimos que nos han dado una cama de matrimonio para los dos. ¿Se lo imaginan? Dos piscis compartiendo colchón. Intentamos protestar, pero el recepcionista, impasible cual argonant, replica que el hotel está lleno, y que si queríamos camas separadas teníamos que haber especificado.
Qué raros son estos franceses. En el resto del mundo hay que especificar lo contrario.
De todos modos, Fran y yo solíamos llegar tan cansados al hotel, que caíamos fulminados sobre el colchón, sin que la cuestión de los tocamientos carnales pudiese provocar tentación o miedo.
Fran Calvelo es un compañero de cama agradable (definición de agradable = no intenta violarme por las noches, y utiliza su cámara digital para hacer videos estilo David Lynch en los rincones más siniestros del hotel).
Pero sigamos explicando en qué consiste Cannes:
Cuando uno deja las maletas en el hotel, pide un taxi en recepción. Todos los taxis están ocupados. No hay ninguno disponible hasta dentro de una hora.
Fran y yo nos miramos desolados, conscientes de repente de que él no es Eric Bana, ni yo Russel Crowe. Somos sólo dos cineastas, dos chulos andrajosos de las musas más putas del séptimo arte, intentando arrastrarnos hacia las faldas del Olimpo.
Acabamos esperando el autobús (definición de autobús = una guagua que a uno no le apetece coger). El sol flagela la parada con sus rayos. Pasan dos 200 (es decir, un cuatrocientos) sin detenerse, porque ya están llenos.
Nos relacionamos con una chica muy agradable de Singapur (definición de agradable = me encantan las orientales), una canadiense, una peruana, dos hombres procedentes de Hungaria, y un autobusero muy simpático (definición de simpático = tío que te toma el pelo cuando le vas a pagar, y luego no para de hacer frenazos brucos para intentar que la gente se caiga al suelo).
Tenéis que imaginaros todo esto transportando un cacahuete gigante de poliespán.
Llegamos a La croisette. Es precioso. Muy buen ambiente. En general Cannes, para los mortales que van por motivos de trabajo, es eso: Un coñazo precioso.
Hace buena temperatura. La comida es carísima. La bebida es más cara todavía. Y los franceses son mú raros. Múuuuu, muuuu raros. Y la marcha francesa es a la marcha española lo que la tortilla francesa es a la tortilla española. Por la noche tienes dos opciones: Entrar en una de esas fiestas selectas a las que sólo se accede con invitación (tuvimos el honor de estar en la fiesta española) o aglutinarte con el resto de los desamparados en el único sitio donde hay ambiente por la noche de manera democrática: Un lugar llamado Le Petit Majestic, en torno al cuál se organiza un pseudo-botellón que te tiene entretenido mientras la brisa empieza a incubar un catarro en tu organismo, de manera lenta, cruel, imperceptible.
Cuando uno decide intentar llegar a casa, se encuentra con una cola de gente esperando taxis. Uno aguarda su turno con esa patética impaciencia de quien aguarda un visado en Casablanca. Mira a todas partes, buscando a Peter Lorre.
¿Y lo de los famosos? Por supuesto que están por allí. Pero no es fácil verlos. Están en su burbuja. Intentar tocarlos es como intentar tocar a ese master del universo, o a esa figurilla de Anakin que el propietario freak jamás saca del envoltorio.
Yo creo que a Jude Law y a Bruce Willis los llevan del hotel a la alfombra roja del mismo modo que a nuestro cacahuete: Envueltos en papel de burbuja, para que nadie pueda verlos, tocarlos, olerlos, dañarlos, violarlos.
Hay excepciones. Hay famosos extranjeros que se dejan acariciar por la atmósfera terrestre. Yo sólo vi en persona a Juliete Binotche subiendo a un coche, y a Jim Jarmush, que se llevó una tarjeta de Fran, y asintió con estoicismo cuando le dije que me encantaba “Night on earth”.
Paseamos bastante al cacahuete por todo Cannes. Cautivaba a la gente. Todos se giraban para mirarlo. Es tan guapo... Grabamos material interesante, que en breve se colgará en la web, para deleite de ustedes. Salimos varias veces en Variety, y dormimos poco. Muy poco.
Y está lleno de chinos. Chinos de todos los tipos y nacionalidades. Chinos chinos. Chinos japoneses. Chinos coreanos. Chinos tailandeses. Y con lo que a mí me gustan los chinos, pues estaba en mi salsa. Lo malo es que, como son todos iguales, podías estar cruzándote todo el rato con Wong Kar Wai y no darte cuenta.
¿Lo mejor de Cannes? Las mujeres. Sin duda alguna. Preciosas, sexys, elegantes. Grandes, pequeñas. Orientales, occidentales. Altas, bajas. De todos los colores. Y aunque no tuve la oportunidad de hacer un experimento de campo, supongo que también de todos los sabores.
¿Lo mejor de Cannes? La gente que conoces. Compartir más tiempo con nuestros socios perroverdianos, y con la gente de Six Sales. Conocer a gente como Mar, y Jon, y Carmen, y Mónica, y encontrar por coincidencias del Destino a otros compañeros de gremio que no esperabas encontrar allí, como Hugo Serra, o como Andrea (¡después de ocho años, Dios mío!)
¿Lo mejor de Cannes? Los pequeños momentitos entrañables. Como ese perrito que se asusta al ver tu cacahuete, o cruzarte con los chicos de la TROMA, mientras tú haces tus gamberradas y ellos las suyas, y ver cómo se detienen, interesados en nuestro dibujante, hasta que acabamos todos a coro gritanto: “¡TROMA AND PEANUTS!”
O estar tomándote una cerveza, y que se te acerque el señor Nacho Vigalondo con un vaso de cerveza en su cabeza, para empezar a contarte sin parar una sarta de chistes entrañables sobre nazis y judíos, y te explique cómo mejoró La milla verde cuando decidieron eliminar el plano de cuarenta minutos en el que sodomizaban a Tom Hanks.
¿Lo mejor de Cannes? Quedarse con todas esas buenas cosas que acabo de describir, y luego largarse lo antes posible para España, aunque para ello haya que soportar una vez más el caos y las averías del aeropuerto de Niza. Aunque luego el piloto anuncie por megafonía que una tormenta ha tenido la feliz idea de aposentarse sobre Madrid, obligando al avión a aterrizar en Zaragoza, y luego rectificando para aterrizar en Valencia.
Qué bonito es el aeropuerto de Valencia los dos primeros minutos. ¡Qué insufrible es el aeropuerto de Valencia las dos primeras horas! Finalmente, Fran, mi catarro y yo conseguimos subir a un avión y aterrizar a las dos de la madrugada en Barajas.
La cola para conseguir un taxi significó otra hora de suplicio. No os exagero si os digo que la cola medía un kilómetro de longitud. Recorría toda la fachada de la T4, y luego curvaba para volverla a recorrer, para volver a curvar una segunda vez y recorrerla de nuevo.
Cualquiera diría que al otro lado de esa cola vendían entradas para U2. Pero no. Lo que vendían eran catapultas hacia una cama y una almohada. Y donde se ponga una buena cama (para lo que quiera usarla cada uno) que se quite el Bono ése.
Todo eso y mucho más es Cannes, mis queridos Nutties. Yo, personalmente, prefiero el Festivalito de la Palma. ¡Pero vi a Juliete Binotche subiéndose a un coche! Y vi a un tipo que resultó no ser David Lynch, y a un tipo que resultó no ser Paul Newman, y a un tipo que resultó no ser Tom Waitts.
Ahora me voy al pase de académicos. ¡A ver si viene alguno!
Por cierto: Hoy es el cumpleaños de Alby. La Providencia divina lo arrojó en esa difusa frontera que separa a los géminis de los tauro.
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16 comentarios:
soy primera en postear.
cannes...osea era cannes?? vaya, no lo puedo creer, aqui tienen mmuy buena fama, en fin! suertteeee
por cierto, odio decirlo, pero mis cacahuates no llegaron al concuirso asi que los colgare en mi post por si alguien los quiere ver u___u pero que mal!! si yo queria esa sudadera u______u
y mas u________u
y otro u_________u
Con lo que echo yo de menos a los chinos...dios.
Yo creo que hoy por hoy, sólo me gustaría encontrarme con Michael Moore (y obviamente el Dibujante;) ) por Cannes, que estrena Sicko.
El resto, bueno, sí, vale, pero yo que sé...me fliparía más ver a Rambo, a John McClane...
Sé que Bruce Willis es McClane, pero yo me haría pipi viéndole vestido de McClane repitiendo "YipiKayei Hijo de Puta" constantemente. Eso sí sería la rejostia.
Tú dale a esos de las entrevistas, que ahora queda muy poquito.
@shorty: ya sabes, envíamelos otra vez y los ponemos junto a sus primos =)
@alby: felicidades :)
m e divertido mucho leyendo tu post! chinos? aqui en españa los ay por todas partes tb!! sobre todo en cordoba... han cogio el monopolio de las antiguas tiendas de los 20 duros y aora en su lugar se dice: "vamos a los chinos a comprar" jaja. Que vida esta mas rara rara rara.
Shorty: ¡¡Qué pena que no mandases a tiempo a tus nenes!! Tenía especial curiosidad por verlos, entrañable psicópata. Si quieres mándamelos y les haré un homenaje en el blog cuando pueda. Aunque deduzco que Melonian se me va a adelantar en ello.
Melonian: Michael Moore estaba también por ahí, pero yo lo que quería era encontrarme a Rachel Weisz.
Patricia: ¡Bienvenida! Las tiendas de chinos son un paraíso. Todos recurrimos a ellas cuando tenemos un rodaje. Pero dice Melonian que si dependes mucho de ellas, no es conveniente irse a vivir a Suecia.
Bueno, me voy, que tengo bastantes cositas que hacer. La primera de ellas, y la más difícil: Decidir a quiénes votar en el concurso de Melonian.
Abrazos!
Que maravilla, nada menos que el festival de Cannes!!!, si. ya sé que tiene pequeños inconvenientes, como que todo es caro, pilla lejos y sobretodo, esta en Francia, pero quitando eso debe ser lo más!. Cuándo veremos a los cacahuetes por Hollywood???, besos
Espero que lo de que el móvil es tu novia sea una exageración. Bastante tendrá tu santa madre con el tema de la peli de cacahuetes...jejeje
Ansío ver el resultado del concurso. Lo ansiooooooooooo.
Pues nada, nada, el proximo año a un hotel de 6 estrellas y media y 13 tenedores, que os lo habeis ganao...
GENIOS! XDD
Acabo de ver el telediario (tele5, lo digo porque no es una autonómica) ¡que lujo chavales! Han hablado de la peli, y el gran logro con poco presupuesto ....y lo bien que lo han presentado.... solo me han quedado ganas de buscar en la red y aquí he llegado. Nuestra más sincera enhorabuena y que eso sea el principio de un largo exito.
¡Gracias! Me alegro de que los noticiarios atraigan gente hacia esta humilde morada.
Bienvenidos!
Katchupei: ¿Qué ocurre? ¿Tienes algo contra las relaciones hombre-móvil? ;P
¡Rosa! Pa lo de Hollywood tendremos que esperar, supongo. Bueno, no. ¡Que esperen ellos!
A mi tampoco me dió tiempo a acabar mi cacahuete para el concurso :-(
¿Qué tal recibieron la peli por Cannes?
¡¡¡Mucha suerte en el estreno mundial!!!
Yo también he visto que hablaban de la peli en Tve1 y en Tele5. Me hizo ilusión jejeje...
Salu2.
Amigo Juanjo! A ver ido en tren a Cannes, seguro que hubiera sido menos "doloroso".
Comparar el Festivalito con el marche de cannes es como comparar el jamón con el queso gouda, que no el queso majorero... jorrrlllll (no llega a Salamanca er frescoo y curado caro como el demonio coño) A ver si te pasas en el festivalito!
Kampanilla: La peli en Cannes la vio mucha menos gente que la de los Coen ;P Pero fue acogida con cariño, como casi siempre.
Perdomo: No me vendrían mal unos días de Festivalito. Aunque creo que este año esos días me pillan en Dinamarca, planificando zombies.
Abrazos!
¡Hey, Juanjo!
Ayer en el Pronto... Hoy en el QUÉ! y en el ADN (y posiblemente en otros periódicos gratuitos que no he cogido)... ¡Gritos está en todas partes!
Jo, ojalá la peli funcione muy bien y ojalá te hagas muy famosos... y nos arrastres a los demás contigo ;)
Un besote muy grande... Pero viril y sin mariconadas.
¡Sí, César! Ojalá todo esto nos ayude a seguir saliendo adelante a todos.
Así que ya sabes: Lázaro, levántate, anda... ;P (me temo que es más una indirecta para el señor Alvarado que para ti :P)
He leído tu reseña de Gritos en tu blog y me he emocionado.
Tengo ganas de quedarme con más tiempo libre para poder leerme con tranquilidad tus artículos más extensos.
A este paso, creo que cuando llegue, me encontraré con la enciclopedia de cine que siempre quise que alguien escribiese.
Podrías plantearte escribir tu propia enciclopedia de cine, incorporando en ella tus artículos de tiburones, zombies, bichejos, etc.
¡Ya saben, ustedes que tienen tiempo, visiten "La tumba sin nombre"!
Ayer Jaime se compró el dvd de Dellamorte Dellamore. ¡Smart guy!
P.D:
También tenemos un banner encabezando la web de CALLE 13!
Craso honor! ;)
Puede que, cuando me harte del blog, reúna toda la mierda que haya escrito en él en una especie de libro-revista (como el famosos "10 mujeres con las haría el amor")... Lo llamaré "PELÍCULAS QUE DE VERDAD MERECEN LA PENA" ;)
PD.: Bien por Jaime y por su sabia decisión de pillarse "Dellamorte Dellamore".
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