sábado, 16 de febrero de 2008

SIGO VIVO, DESCONECTADO, Y TENÉIS EL DEBER DE VOTAR A CALIPO

Saludos a todos.

Disculpen mi ausencia de las últimas dos semanas.

Aprovecho un viaje relámpago a Fuerteventura para actualizar (también de manera "relámpago").

Sigo en Donosti, esprimiendo mis neuronas resecas para Vaya Semanita. No tengo internet allí. Por eso estoy tan poco comunicativo.

Pero todo va bien.

Un trabajo cojonudo, una gente cojonuda, un ambiente laboral cojonudo, una ciudad cojonuda.

Muchísimas gracias a todos los que me habéis ido dejando comentarios. No tengo tiempo de contestaros a todos, pero os he leído, y me reconforta encontrar tantas voces amigas en las ventanas de comments.

Películas que he visto:

Cloverfield:

Me parece fallida, pero muy digna de ser valorada. Una peli valiente, muy bien realizada, con un sonido acojonante, muy valiente, atípica y con muy buenas intenciones narrativas...

Problemillas: La cuestión "narración en primera persona con cámaras domésticas", a pesar de ser buena idea, está un poco forzada. Hay una decena de situaciones en las que los personajes graban situaciones que nadie grabaría en esas circunstancias. Eso le saca a uno un poco de la película. Incluso te distancia de los personajes. Acabas llegando a la conclusión de que unos tipos que siguen grabando con su camarita en determinadas circunstancias, merecen la muerte. A pesar del trabajo de guión, orientado a definir personajes y generar conflictos entre ellos, uno no se identifica con los personajes, y en el fondo no le importa si mueren o no. Al menos, eso es lo que me sucedió a mí.

A pesar de todo, es una peli muy loable, y merece la pena verla EN EL CINE.

No es país para viejos:

A ratos me encantó, y a ratos me dejó bastante frío. De un modo u otro, yo no soy nadie para enmendarle la plana a los Coen. Mis dos hermanos favoritos del séptimo arte han regresado a los registros sórdidos y anticlimáticos de pelis como Fargo o Sangre Fácil, y lo han aliñado con una estructura dramática bastante iconoclasta.

Creo que es una peli diseñada para decepcionar al 90% de la gente. Yo me considero incluido en ese 90%, pero la peli está muy bien hecha, y merece la pena verla.

Y sí: Javier Bardem está brutal. Y Tommy Lee Jones está tremendo. Y cualquier peli con Josh Brolin como prota ya tiene pasaporte asegurado para entrar en mi harén particular.

JUNO:

Creo que ese intento de convertirla en el Pequeña Miss Sunshine de este año a los ojos del público le está haciendo más mal que bien a la película.

A mí Juno me ha parecido una peli muy tierna y entrañable. Muy cuidada, sobre todo en cuestiones de realización y dirección artística. Los actores están tremendos. El guión es muy divertido, y tiene la dosis de profundidad suficiente. Algunos chistecitos de la peli me sobran un poco, no porque sean malos, sino porque se nota la mano de la guionista metiéndolos con calzador. Los personajes están muy bien construidos.

La recomiendo. Buen sabor de boca garantizado a la salida del cine.

Y AHORA VAYAMOS CON EL PLATO FUERTE.

El año pasado fue Lordi.

Este año, CALIPO A se presenta a Eurovisión.

¿De quién depende que los Calipo compitan en pos del voto de Portugal?

¡Pues depende de ti!

Eres TÚ quien debe meterse en el fotolog de Deivid, y recabar la información necesaria para votar por CHUPA PARAPA.

Una canción estratégicamente diseñada para arrasar en un festival en el que para ganar hay que cantar cosas como La, la, la, laaaaa... la, la, laaaa... la, la, laaaaaaaaaaaaaaaa...

Me estoy leyendo Canción de hielo y fuego, primer libro de la saga Jueno de Tronos. Y estoy enganchado.

Y el trailer de Indy 4 MOLA!!!

sábado, 2 de febrero de 2008

GIRAR Y GIRAR Y GIRAR Y GIRAR



A pesar de que nuestras mutuas culturas llevan enemistadas desde hace más de medio milenio, nunca he sentido rencor hacia las culturas árabes. Respeto a esa gente, y me apetece convivir con ella.

Con una excepción.

Existe un pequeño detalle que desencadena mi ira hacia lo árabe, y me hace desear que ardan en el Infierno. (el suyo, o el nuestro, o en un popurrí con lo peor de cada uno).

No estoy hablando de aviones que se estampan contra rascacielos, ni de mujeres lapidadas, ni de autobuses de turistas convertidos en queso grullere a golpe de ametralladora.

Me refiero a esa manera que tienen de servir los kebabs.

Estoy convencido de que lo hacen a mala leche. No creo que ningún islámico sea tan mortífero armando un misil de destrucción masiva como lo es armando uno de esos infernales recipientes de pan de pita con una caótica amalgama de carne, lechuga y salsas especialmente diseñadas para derramarse por cualquier resquicio.

Por esa razón, siempre que entro en un sitio de kebabs, pido un Dürum. Están más ricos, y prescinden de esa sádica costumbre de derramar su contenido a borbotones sobre tus dedos, o a través de la comisura de tu boca.

No sé cómo demonios se come un kebab. Tampoco creo que ellos lo sepan. Los fabrican para desmoralizarnos. Para demostrar al ingenuo cristiano occidental que, a pesar de unos cuantos siglos de Renacimiento, Ilustración y Revolución Industrial, seguimos siendo unos jodidos inútiles incapaces de evitar pringarnos las manos de mierda.

Putos kebabs...

Sólo hay algo peor que intentar comerse un kebab: Intentar comerte un kebab padeciendo los horrores de un herpes labial. La condenada herida labial te duele horrores cuando abres la boca al estilo carcharodon carcharias (no hay otra manera de que te quepa en la boca el trozo suficiente de kebab). Sientes cómo ese leviatán alimenticio se aleja de tu boca tras el mordisco, rozando la costra del herpes, resquebrajándola, bañándola de sangre...

El otro día me pedí un kebab para almorzar, y advertí demasiado tarde que tenía un herpes en el labio. Mietras luchaba con ese Moby Dick de cordero y lechuga, recordé con un flash-back estilo Brian de Palma que llevaba varios años sin comerme un kebab, y que... ¡¡La última vez que que me había zampado uno también tenía un herpes en el labio!

Eso me hace pensar en cómo funciona el cíclico infierno del Sansara. En cómo el Cosmos nos hace correr en una sádica rueda de Hamster... Nuestro destino gira... y gira... gira... como el mamotreto de carne del que sacan el kebab que tienes en las manos... fiel a todas esas doctrinas que sostienen que la vida te hace pasar por las mismas situaciones hasta que aprendes de ellas lo que debías aprender.

Flashazo. Regresamos del flashback. Veo de nuevo el kebab en mis manos, siento el dolor del herpes en mi boca, y me doy cuenta de que los dioses (o sus becarios) me han puesto una vez más en la misma encrucijada.

Sé cómo reaccionar en esas situaciones. Yo también jugué al Monkey Island en su día. Si regresas a la misma situación, es porque se te olvidó hacer algo la vez anterior.

Pienso en mi situación actual. Es muy parecida a la de hace años: Necesito encontrar trabajo. REMUNERADO. Está genial lo de hacer pelis y mover tus propios proyectos. Pero necesitas ganar dinero. Necesitas comer, y pagar un alquiler, y comprar billetes para ir a visitar a tu novia.

Entonces, me doy cuenta de algo: Llevo utilizando la misma cartera desde que era menor de edad. Es una cartera muy pequeña, en la que caben muy pocos billetes, doblados por la mitad, constreñidos, gritando (doloridos) que "¡¡Aquí no queda sitio para más billetes!!".

Me digo a mí mismo que si quiero ganar dinero, el primer paso es informar de ello a mi inconsciente, comprándome una cartera más grande. Una cartera de adulto, en la que quepan más billetes.

Termino de comerme el kebab. Lo pago, sabiendo que será lo último que pague con esa cartera que me acompaña desde las edades prepúberes. Escalo la calle Fuencarral, entro en una tienda, elijo la cartera que más sintoniza conmigo. Negra y sencilla. Lo suficientemente espaciosa. Vale justo lo que estaba dispuesto a pagar por ella, y cuando la pago, resulta que tiene un 20% de descuento. ¡Me cuesta incluso menos de lo que esperaba!

El ritual ha sido consumado.

Al día siguiente mi queridísimo amigo Jaime, gracias a la mediación de su amigo, el amabilísimo Alberto, consigue que los de Vaya Semanita (que están buscando a un guionista) me hagan un prueba. Hago la prueba. Un día más tarde, me despierta una llamada procedente de "Vaya semanita". Me han pillado para el puesto. Quieren que me incorpore cuanto antes.

Mañana parto hacia Donosti. El lunes empiezo a trabajar como guionista en "Vaya Semanita".

No puedo imaginar un programa de televisión en el que me pueda sentir más "como pez en el agua" que en el "Vaya Semanita" (de hecho, es lo que todo el mundo me dice). Si existiese todavía "Historias para no dormir", de Chicho Ibáñez Serrador, esos Monty Pythons vascos ocuparían el segundo puesto en el ranking, pero el reinado del gran Chicho pasó a la historia (envejeciendo como el vino).

Tampoco puedo imaginar muchas ciudades de España (o incluso del mundo) que me enamoren más que San Sebastián, alias Donosti, alias Mr Hostia.

Y, lo más importante de todo: Me van a pagar por escribir... y eso es algo que no sucedía desde hace más tiempo del que puedo contar con los dedos.

Desde hace mucho tiempo, he ido diciendo por ahí: "Si algún día gano el dinero suficiente, me gustaría vivir en San Sebastian". Como dice Xavi (mi, a partir de mañana y lamentablemente, ex-compañero de piso) ahora voy a vivir en San Sebastián para intentar ganar dinero. Aunque lo poco que ahorre lo invertiré en billetes y hostales para poder compartir más tiempo con mi querida Ariadna, que para eso somos jóvenes, coño.

No sé lo que me espera en Donosti, y eso quiere decir que no sé cuándo podré volver a actualizar este blog, ni con qué frecuencia. Debería haber empezado este post excusándome por haber tardado tanto en actualizar... y sin embargo lo voy a terminar advirtiendo de que la próxima actualización podría tardar incluso más que ésta.

Procuraré que no suceda.

He tardado tanto en volver a escribir aquí porque han sido unos días muy intensos. He estado inmerso en dos cruzadas a unísono: La de mover proyectos propios a diestro y siniestro, y la de buscar trabajo debidamente remunerado a diestro y siniestro. Si tenemos en cuenta el "nivelazo" de los contenidos de Vaya Semanita, y lo alto que tienen el listón, más me vale ser diestro y siniestro al mismo tiempo.

Dentro de mis pesquisas para buscar trabajo, redescubrí por enésima vez que (oficialmente) soy un completo inútil si se me saca de ciertas áreas laborales. Existe un área en la que soy simplemente semi-inútil: La ilustración. Me refiero al dibujo y toda esa mierda. Aproveché que tenía algo de experiencia en ese área para fabricarme un curriculum alternativo como "ilustrador", y un blog con una muestra de mi trabajo en ese campo, cuyo enlace voy a dejar aquí por si al alguien le apetece curiosearlo.

En un alarde de inintencionado derrotismo, llamé a ese blog:

ALMACÉN DEL ARCA DE LA ALIANZA

Lo cierto es que no esperaba que nadie me contratase como ilustrador. Siempe he sido autodidacta en eso del dibujo... y se nota. Me falta técnica. Me falta acabado profesional. Me falta "limpieza". Pero como estaba harto de ver cómo las editoriales publicaban mierda bastante peor que lo que yo hago, decidí que era hora de intentar comer también a través de ese oficio, recurriendo de manera justificada a algo de lo que a veces me han acusado injustificadamente: La cara dura.